El sector del aceite se enfrenta a “la sequía más importante desde hace 500 años”

Aunque el titular de esta noticia parece el de una película de ciencia ficción catastrofista, los expertos consultados este mes de agosto por el Olive Oil Times coinciden en darle validez. Por ejemplo, Andrea Toreti, investigador senior del Observatorio Europeo contra la Sequía, afirma que este año la sequía es más fuerte todavía que la de 2018, siendo esta la más importante de los últimos 500 años.

Como también recuerda la publicación, en los dos primeros meses de verano se han registrado muy pocas precipitaciones relevantes en el sur y el centro de Europa. Ello hace que hasta un 47% de la superficie de la Europa Comunitaria se encuentre en riesgo de sequía grave. Particularmente, Francia, Italia, Portugal y España, que representan el 88% de la producción de aceite de oliva de Europa, se han visto azotadas por olas de calor durante todo el verano, así como por incendios severos.

Precisamente, en la región de Extremadura, los olivareros prevén vivir la “peor cosecha de su historia”, con unas pérdidas esperadas de un 85% respecto a la producción del año pasado (27.000 toneladas, en comparación con las 183.000 de 2020/2021). Y los pantanos de Andalucía, la principal región productora de aceite en España, se encuentran a un 25% de su capacidad en el momento de elaborar esta noticia.

Pueden hacerse muchas lecturas de esta triste noticia. Por un lado, el problema que tendrán las explotaciones agrícolas en general, y olivareras en particular, el próximo año: a menores cosechas, menos ingresos y menos empleos generados. Por otra parte, el esperado aumento de precios por escasez de producción, que se suma al impacto inflacionario de la economía y que afectará al bolsillo de los consumidores.

Pero, viéndolo en perspectiva, quizás la peor lectura posible es la del cambio climático. Por desgracia, los episodios de sequía en Europa se están volviendo más frecuentes y la actividad del ser humano no ayuda a revertir la situación. El futuro de la actividad agrícola se vuelve cada vez más ambiguo. A pesar de esto, desde Ralda+Friends seguiremos trabajando con optimismo, pensando que los valores de la proximidad, la tradición y la calidad pueden ser un buen remedio a la incertidumbre.

Alfredo & Pierre RALDA