Las diferencias entre el aceite filtrado o sin filtrar
Uno de nuestros objetivos al lanzar Ralda+Friends era el de difundir la cultura del aceite de oliva y sus beneficios para la salud. Por esta razón nos hacemos eco de un interesante artículo publicado en la revista Oleo, y titulado “Aceite de oliva sin filtrar, ni mejor, ni más natural”.
Firmado por la Sra. Laura Sandúa Escribano, directora general de Aceites Sandúa en noviembre de 2022, el artículo nos habla de las diferencias entre los aceites de oliva filtrados y no filtrados, dado que los consumidores no suelen conocer la diferencia y, a veces, piensan erróneamente que son productos de calidad distinta o que han seguido procesos de tratamiento químico.
La realidad es que, una vez que se extrae el zumo de la oliva molturada, el aceite pasa por distintos procesos antes de embotellarse. En cierto momento, se decide si el aceite se filtra para eliminar algunos posos procedentes de la aceituna y formados por “partículas de piel, pulpa, hueso y agua, que pueden suponer entre un 1 y un 3% del volumen total”. Cuando esos posos se filtran, el color del aceite es más “luminoso”, mientras que si no se aplica el filtro, el producto resulta un poco más opaco. En ambos casos, se trata de un producto 100% natural y saludable.
Cada producto, filtrado o sin filtrar, tiene ventajas e inconvenientes. Por ejemplo, el no filtrado puede estropearse más fácilmente, así que debe consumirse en un máximo de 6 meses tras el embotellado y el filtrado caduca a los 18 meses, para no perder sabor y propiedades. También tiene que ser apartado de la luz y el calor.
Igualmente, el aceite sin filtrar es menos recomendable para freír, puesto que los posos pueden quemarse a más de 100 grados y eso no es bueno para la salud. Así pues, es mejor dedicar el aceite sin filtrar a las ensaladas y al consumo en crudo. La Sra. Sandúa asegura también que el precio del aceite sin filtrar es un poco más caro que el filtrado, por cuestiones meramente de marketing.
CARPE DIEM!
Alfredo & Pierre RALDA